Parece que últimamente nos ha dado por León Tolstoi…
Mientras que en la anterior tertulia Montse nos traía el relato “Los dos comerciantes” de este grandísimo
autor, en la de esta semana hemos leído uno de sus cuentos cortos, “El zar y la camisa”, y nos hemos hecho
una de las grandes preguntas de la humanidad, ¿dónde reside la felicidad?. Además,
puestas en materia, se ha circularizado uno de los libros de Tolstoi más
aclamados por la crítica, “Cuanta tierra
necesita un hombre”, así como una reciente adaptación a novela gráfica que
ha hecho de esa obra el francés Martin Veyron.
Como nos habíamos puesto demasiado profundas,
hemos dado una nota de humor a nuestra tertulia leyendo una obrita de teatro de
un autor argentino, Fabián Sevilla. El título, “Hay una sopa en mi mosca”, nos da pistas de las disparatadas
situaciones que se viven en esta comedia de situaciones ambientada en un
restaurante regentado por una plantilla muy especial.
Por cierto, hablando de teatro… ¿sabéis
porque se dice “mucha mierda” o qué diferencia hay entre regalar rosas o
claveles a una actriz? pues esas y otras muchas curiosidades han tenido
respuesta en la tertulia de hoy.
Cuando estábamos terminando, nuestra
compañera Pili López nos ha leído alguno de los textos escritos por chavales
con motivo del III Concurso de
Microrrelatos contra la Violencia de Género organizado por el Instituto
Aragonés de la Juventud. La verdad es que su descubrimiento por casualidad en
la Biblioteca Municipal ha sido un gran hallazgo, y la lectura de alguno de
ellos nos ha hecho estremecer. Muy recomendables.
Y para finalizar, un poema de Antonio
Machado, “Era un niño que soñaba” que nos ha devuelto a nuestra infancia.
ERA UN NIÑO QUE SOÑABA
Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía…
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedose el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!
Ana Rosa López
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